LA FIDELIDAD A LA CORONA ESPAÑOLA, ABANDONO Y AISLAMIENTO DEL CHILOENSE
Fernando VII, Rey de España. Goya. Museo del Prado. Madrid. (1784-1833)
Una vez anexado Chiloé a través de la fuerza a ser parte de la republica de Chile, en el año 1826, los chiloenses siguieron en el corazón siendo de alma hispana, olvidados del resto de Chile como una forma de castigo por su gran lealtad a la corona española, subsistiendo por sus propios medios e ingenio, continuando de igual forma estas familias con su vida familiar, caracterizándose nuevamente Curaco de Vélez, ya que por allá por la segunda mitad del siglo XVIII, esta villa se encuentra poblada netamente de españoles/criollos, distinguiéndose mayoritariamente apellidos como, González, Barría, Andrade, Cárdenas, Díaz, Sotomayor, Oyarzún, Vera, Gallardo, Gómez, Vásquez, Mansilla, Miranda, Ibarrola, Muñoz, Ruiz, Subiabre, por los alrededores de Changuitad, las familias Mansilla, Soto, Cárdenas y Vidal, deHuyar los Sotomayor; y venidos desde la isla grande (Dalcahue/San Juan), Los Bahamonde, entre tantos otros. La villa de Curaco de Vélez, pese que su formación como pueblo habría sido en primera instancia en su borde costero por razones obvias, muestra ya ciertos trazados característicos de pueblo en formación, su ubicación de norte a sur, (típico diseño español), empieza ya a trazarse una calle principal, (Actual calle Errázuriz), las casas comienzan a ser alineadas a ambos lados y va surgiendo una pequeña plaza recreacional, observándose asimismo una capilla y en su frente un cementerio, lo cual era muy normal en esos tiempos.
OBSERVACIONES: Cabe indicar que lo anterior se corrobora, ya que por alrededor de 1980 cuando se instalo el agua potable y tubos de alcantarillado, alrededor de la plaza de Curaco de Vélez, se encontró un gran número de osamentas humanas, lo que indicaba los vestigios de un antiguo cementerio español, encontrándose además en muy mal estado y corroídas por el pasar del tiempo, hebillas y otros accesorios metálicos, elementos muy utilizados en aquella época, en especial por los soldados en sus prendas de vestir.
La gran mayoría de las casas, tanto de Castro como de otros pueblos de la época, muestran características de la construcción española, una planta rectangular, separación de ambientes, cubierta por madera labrada en forma rustica y techo pajizo, presentando generalmente un frontis más sobresaliente que a su vez servía de corredor y refugio para los días de lluvia, lo cual es muy común en Chiloé y también en algunas viviendas se podía apreciar la teja, elemento que no perduró, al parecer por las condiciones climáticas, lo cual posteriormente daría origen a la tejuela chilota (hecha de alerce), siendo ésta última muy resistente a la lluvia, manteniendo además cada una de ellas un fogón de estilo medieval, forma de calefacción muy usada en la clase campesina europea de la época (actual cocina chilota), la cual es confundida erróneamente con la utilizada por los indígenas locales , ya que a éstos solo se les conocía antes de la llegada de los españoles al archipiélago chiloense, una rudimentaria forma de calefacción comunitaria, cual era la típica fogata, lugar que servía de reunión y culto.
DENSIDAD DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA CHILOENSE:
Al dar término a esta línea de tiempo, se puede de alguna forma graficar el paulatino poblamiento e incremento de la casta española en la isla de Chiloé, en especial en pueblos como: Castro, Ancud, Chonchi, Dalcahue, Curaco de Vélez y Quenac, sectores rurales también como San Juan, Quetalco, Tenaun, Huyar y Changuitad, perdurando esto prácticamente hasta mediados del siglo XX.
En la actualidad la descendencia española en Chiloé, todavía es muy considerable, pero la gran mayoría ignora sus orígenes y costumbres, denotándose en un número considerable de su población, un descuido total por sus raíces, pese a que las tradiciones dejadas por sus ancestros se encuentran alrededor de ellos como mudos fantasmas de su pasado, características físicas, costumbres diarias arraigadas en cada uno de ellos, y tantos otros detalles que se pueden apreciar en el entorno, observaciones que se agudizan aun más cuando un chiloano a estado alejado de su tierra por un gran tiempo y vuelve nuevamente a su terruño, al igual que lo hace un hijo ingrato cuando ya no tiene cobijo y regresa a buscar refugio donde los padres que alguna vez abandono.
OBSERVACION SOBRE LA INTEGRACION DE LAS ETNIAS INDIGENAS ACTUALES EN CHILOE:
Es prudente también indicar y con el objeto de tener una visión un poco más clara de integración actual de la población Chiloana/Indígena, hacer presente que encontrándose marginados gran parte de los aborígenes de Chiloé a las islas mas australes y parte Sur de la isla grande durante el siglo pasado, nuevamente como un proceso natural del poblamiento humano, en las primeras décadas de 1900 en adelante, estas etnias en forma paulatina fueron ocupando los espacios territoriales perdidos en algún momento, viéndose en la actualidad en algunos pueblos de Chiloé, especialmente en los bordes costeros, una ralea étnica en la que destaca primordialmente la Chona y Güilliche, observándose también ante el buen ojo del investigador, una minoría de origen polinésico y porque no decir también asiática entre otros, quienes por las circunstancias de un periodo colonizador inevitable en la historia, se vieron despojados de sus áreas poblacionales y actualmente integrados al resto de la comunidad chiloana y al diario vivir del archipiélago, pudiendo también indicar que en la actualidad muchas personas con ascendencia indígena se han entrelazados con chilotes de linaje hispánico, siendo el tiempo el encargado de ir borrando los prejuicios sociales y especialmente raciales que habían perdurado por mucho tiempo en la isla, al creerse los chilotes hispanos de sangre noble.
Por: Patricio Oyarzún Cárdenas
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