La música y danza de Chiloé

CRÍTICA A NUESTRAS ACTUALES DANZAS Y MÚSICA CHILOENSE:

Al igual como muchas costumbres predominantes en el archipiélago de Chiloé , la danza y la música, fue uno de los legados más importantes dejados por nuestros antepasados ibéricos; ya que éstas perduraron en el tiempo a través del conquistador y colono español, quienes se afincaron en su nueva tierra, denominando en su momento "Nueva Galicia" y una de las formas para poder recordar a su antigua España, era danzar e interpretarlas melodías de las diferentes regiones de su lejana tierra, todo ello junto al fuego de la cocina medieval europea ( actual cocina chilota), junto a sus familiares que lo acompañaban al nuevo mundo y que con el paso de los años y por el poco cuidado en la conservación de hacer perdurar en el tiempo las versiones originales, terminaron en tarareos y melodías vagas, que luego algunos cultores más visionaron terminaron rescatando, convirtiéndolas en interpretaciones propias, quedando también muchas de ellas con el pasar del tiempo como autorías anónimas.

Toda ésta riqueza del arte musical, despertó en las últimas décadas en ciertos aprendices de cultores de nuestra tradiciones y en especial quienes interpretan la música de chiloense, posiblemente por ignorancia y desconocimiento de nuestra historia, procedieron a dejar de lado en sus actuaciones, las vestimentas hispánicas, originando que inconscientemente en el pueblo chiloense, se extingan éstas últimas influencias, haciendo resaltar más por ignorancia a nuestras tradiciones el influjo guilliche, que a pensamiento personal del autor de esta obra, nada tuvo que ver en el nacimiento de la música folclórica chiloense, ya que a éstos solamente se les conoció a la llegada de los españoles a la isla de Chiloé y mientras realizaban sus ceremonias alrededor del fuego, unos canticos con ritmos monótonos y pobres en compases, influyendo posteriormente en ellos y en forma paulatina la música religiosa, la cual fue utilizada por los clérigos para evangelizar a éstos, siendo enseñada a los indígenas a punta de latigazos, lo cual se corrobora por grabados de la época. No obstante a lo anterior, no se puede negar que con ello también se originara otra arista tradicional y folclórica que hace único al archipiélago chilote, cuales son las festividades de índole religiosas, que permanecen en Chiloé hasta nuestros días y que son un fiel reflejo a las que se realizan en muchos pueblos de España, todo esto debido a la intervención de las diferentes órdenes religiosas que se aposentaron en su oportunidad en el archipiélago de Chiloé, en especial la Franciscana y Jesuita.

Separando el concepto anterior, podemos decir que variados conjuntos de interpretación de la música chilota proliferaron por los años 75/80, con la primera intención de poder rescatar las tradiciones que prácticamente se estaban perdiendo en el tiempo, pero éstos si bien es cierto tocaban muy bien la acordeón y la guitarra, escuchándose en ellas todavía acordes, que quienes las interpretaban sin saberlo, mantenían consonancias que tienen sus orígenes en la lejana madre patria, sabían muy poco de la historia colonial de Chiloé y de las raíces de dicha música que ellos desentrañaban, vistiéndose además dichos grupos en sus realizaciones artísticas de una forma que denigraba al campesinado y pueblo chilote, llegando al extremo de la ridiculez, siendo así que en una oportunidad y en un encuentro folclórico de nuestras raíces en la ciudad de La Unión, donde participó un conjunto folclórico de Chiloé , en forma personal el autor de éste libro escucho a unas personas de las graderías decir " ¡Va! ¿de dónde salieron éstos, parecen que pasaron a comprar sus vestimentas en la ropa americana?", observando más detenidamente a mis coterráneos y lamentablemente y con mucho dolor, avalar el comentario de dichas personas, ya que efectivamente, las mujeres en especial, vestían con un ropaje multicolor, unas faldas que no tienen ninguna relación con las vestimentas en usanza tradicionalmente en la isla por la gran mayoría del pueblo chiloense, la cual tiene una gran influencia española/mora, los hombres con botas de goma, una más larga y otra más corta y de diferente color, el exagerado uso del gorro de lana, en realidad parecían cualquier cosa, lamentable; luego actuó un grupo del magisterio de la ciudad de Valdivia, quienes también interpretaban música de Chiloé, hubo un cambio radical en las vestimentas, uso de la boina vasca, chaleco negro sin mangas (origen musulmán), traído por los conquistadores y colonos españoles a Chiloé, la faja a la cintura y sandalias ibéricas/origen vascongado, las mujeres con la toquilla/Mantón negro sobre la cabeza y hombros, vestidos largos y de color negro ( influencia mora), típico de la mujer española/chiloense, se notaba un conocimiento y estudio más acabado de nuestras raíces españolas, lo que sin duda le hace falta a los conjuntos folclóricos isleños.

El autor de este texto, cree, que quienes interpretan actualmente nuestra música y danzas folclóricas, deben hacer resaltar más la verdadera raíz de esta, la cual indiscutiblemente es hispánica ya que con tal desconocimiento de ella, traen consigo una distorsión de nuestra historia y al final los únicos que pierden con ello, son las actuales generaciones y el pueblo güilliche/chilote, que confundidos por el desconocimiento en estos últimos tiempos de sus antiguas tradiciones, han imitado férreamente a sus hermanos del continente y en lo musical han perdido su tradición, insertando en ella la influencia hispana, la cual claramente no los identifica, desdibujando con esto parte de su cultura ancestral, la cual si se analiza desde un contexto netamente histórico, se podría decir que los güilliches de Chiloé, dictan mucho en diferencia de lo del continente, pues estos son una amalgama de diferentes genes de etnias prehispánicas que habitaron los archipiélagos australes; por nombrar algunas: Chonos, Kawesqar, Cuncos, polinésico y asiáticos (Ver teorías migratorias).

Si bien es cierto según algunos especialistas en el tema del folclor, éste evoluciona a través del tiempo, pero pese a ello no se pueden perder las diversas etapas que va pasando la historia, especialmente en sus orígenes, la cual es la esencia del mismo, no pudiéndose extinguir la matriz de esta última, con el objeto de no desdibujarla. Esto abarca principalmente, su música, modismos lingüísticos del castellano arcaico, vestimentas y muchos otros factores, lo cual hace particular y diferente a cada pueblo.

Una excepción a la regla del desprestigio, decaimiento y desfiguración de nuestra música chiloense, sería el destacado investigador y folclorista Héctor Pavés Casanova, quien por ahí por el año 1970, se preocupo de rescatar muchas interpretaciones folclóricas de índole musical, las cuales fueron entregadas por personas muy antiguas de diferentes puntos del archipiélago chilote, logrando así poder desentrañar letras y consonancias que se encontraban perdidas en el tiempo y de las cuales muchas de ellas contenían el innegable influjo hispánico.

BENJAMÍN MACKENNA BESA, componente de los Huasos Quincheros e integrante de la Corporación Cultural de Carabineros de Chile, quien es un férreo defensor y estudioso de nuestro folclor, en una entrevista publicada en la edición bicentenario de la revista de Carabineros de Chile, se refiere a éste tema y en algunos extractos de dicho artículo dice: El folclor es una expresión humana inherente a la tradición. El folclore es el conjunto de manifestaciones culturales y artísticas de las que se nutre el pueblo. La tradición es una herencia cultural, es la trasmisión de valores, creencias, costumbres y composiciones de una a otra generación.

El folclore no solo comprende la música, sino que también abarca una diversidad de otras manifestaciones del hombre, tales como creencias religiosas, mitos, leyendas, juegos, adivinanzas, refranes, artesanía, alimentos, etc.

"Si las tradiciones mueren, se van perdiendo los ingredientes básicos que delinean la cara y forjan el alma de los pueblos"

"El origen de la música popular chilena tiene raíces esencialmente españolas, como resultado del largo proceso de hispanización a que fuera sometido el país por más de tres siglos".

Cabe destacar actualmente al conjunto BORDEMAR, quienes han mostrado un acabado conocimiento de la música chiloense y sus orígenes, se nota el nivel cultural de éstos, no en vano no han estado ajenos a críticas por la tendencia Europea que incorporan a sus composiciones musicales, manifestando uno de ellos en una entrevista que se les realizó en el diario El Insular con fecha 22 de febrero del 2002., "Que su música es una mezcla de varias raíces, tiene música europea, porque los españoles no nacieron en una isla del archipiélago de Chiloé, si no que los españoles vinieron desde España, entonces tiene que tener algo de europeo y creo que eso es obvio, porque la lengua nuestra es española...pero soy chilote y soy Chonchino, hasta los huesos"., dice uno de ellos, dejando con ese comentario más que claro los orígenes y raíz de la música y danza chiloense, la cual actualmente se encuentra muy alejada de sus verdaderos inicios, por los actuales cultores de las danzas y cantos tradicionales de nuestra tierra. Martin Pino Rodríguez, otro integrante de dicho conjunto manifiesta en un extracto de uno de los libros publicados, conjuntamente con su par Jaime Barría Casanova, "Guitarras del Bordemar": Al parecer en Chiloé, la música asume características tan singulares como el desarrollo de su propia historia, la cultura de la madera crea campo propicio para la construcción de instrumentos musicales y una relación política y cultural más estrecha con España. No es casual, las notables similitudes con las formas musicales del siglo de oro español, y la música para la vihuela de L. Milán y G. Sanz entre otros, escrita en tablaturas en el siglo XVI.

El destacado académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, don Gastón Soublette, en un trabajo investigativo sobre el repertorio musical y folclórico de Chiloé, indica lo siguiente:

Chiloé entre las regiones del país, parece ser la que mejor ha conservado las viejas raíces de nuestra tradición musical y poética.

Las raíces hispánicas se echaron en el territorio nacional durante el período de la conquista y durante todo el período colonial, y por lo que se puede apreciar, el folclor español traído entonces a Chile fue aquel que, como todos los países de Europa, conservó hasta mediados del siglo XIX, su arcaísmo modal heredado del Medievo, vale decir, del sistema musical gregoriano y del repertorio del canto lírico trovadoresco.

Esas raíces son, por una parte, hispánicas, como se echa de ver con toda claridad en varias piezas, (danzas "El Pavo", "El Chocolate, y tonada "la Malaheña"), y por otra parte, criollas e indígenas. Sobre esta última es importante aclarar que este mismo académico dice más adelante:

"El aporte indígena a este cancionero no consiste en elementos musicales específicamente güilliches, como pudiera creerse, sino más bien en una adopción, por parte del güilliche, del folclor criollo, el cual cultivado por él adquiere una particular modalidad arcaica de gran vitalidad".

Como puede ver el lector, esta parte del texto aclara aún más lo que el autor de este libro aludía anteriormente sobre la intervención indígena al repertorio musical y folclórico chiloense.

Aroma, P° de la Castellana 79, Madrid, 28046, (+34) 947 002 963
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar